Cielos azules de Noviembre

Noviembre es un mes de complejidades, de contradicciones y sutilezas; el otoño ya se instaló en el suelo con sus hojas y el frío permea entre días de sol. Aquí en la Ciudad de México el invierno nos pisa los talones. Las personas tan solas continuamos buscando en otros lo que nos hace falta por dentro, a pesar de los riesgos que el 2020 desató con la llegada de la pandemia y que sigue cobrando la vida de muchas personas y la salud temporal de tantas otras, no podemos estar solos con nosotros. Es el mes de los muertos pero celebramos la vida, la vida de quienes ya no están y regresan a abrazarnos por unos días y recordarnos que sin ser una carga no nos sueltan, sino que nos acompañan; también celebramos la vida de quienes festejan cumpleaños, aniversarios, bodas o nacimientos, como tantos otros meses y recordamos la Revolución Mexicana aunque hoy hayamos olvidado por completo el sentido que tuvo. 

Noviembre nos anuncia el fin pero aún no damos el paso; no llega Navidad ni Año Nuevo, pero están cerca. Noviembre para mí ha cobrado significado en muchos sentidos desde hace ya algunos años; se volvió un recordatorio, una lección, el inicio de un nuevo recorrido, el aprendizaje; la importancia de continuar. En Noviembre hace cuatro años celebraba una unión que esperaba fuera el inicio de una nueva etapa, pero que más tarde se convertiría en una gran tristeza y luego en un aprendizaje que agradezco. 

Hace tres años, en 2017, en este mismo mes viví una pérdida profunda y significativa: perdí un bebé a los tres meses de un embarazo que comenzó con amenazas desde las primeras semanas y por el cual estuve en reposo prácticamente todo lo que duró y un poco más; los planes nunca son como esperamos, y aunque en ciertos momentos parece que ha ocurrido no solo lo inesperado sino lo peor que podríamos haber vivido siempre se convierten en una oportunidad de vida. Así son cada una de las experiencias que tenemos. 

Esta ausencia le dio un vuelco a mi corazón, dejó un hueco y luego me enseño que una ausencia no siempre es abandono y mucho menos olvido. Con el tiempo comprendí que la presencia de algunos seres en nuestras vidas, aunque corta, puede ser mucho más significativa y sanadora que la de muchos que están ahí durante años pero que en realidad no se toman el tiempo de conocernos y obsequiarnos un pedacito de su corazón; con el tiempo entendí incluso que estos seres llegan para salvarnos y luego partir con la alegría de habernos regalado una oportunidad para ser mejores y continuar con más fuerza y brillo; entonces su partida no es más que el recordatorio de su presencia constante y todo lo bueno que está por venir.

A pesar de ser una situación que ocurre con relativa frecuencia pocas personas se animan a hablar de un duelo como este, yo misma lo evité mucho tiempo y aún ahora no estaba segura de estar lista para mencionarlo, pero creo que nunca se está listo para ello; no es un hecho que se supere o se deje ir; se trata de un proceso a trascender y permitir que nos transforme para bien; sin embargo hay prejuicios al respecto,  pareciera incluso ser un tabú, nacido de ideas como el pensar que se esta "mal hecha" como la razón de lo ocurrido, hasta el creer que no se puede sentir "tanto" como la muerte de una persona que tuvo oportunidad de nacer; viene desde la creencia de que alrededor no sólo no te entenderán, sino que ni siquiera harán el esfuerzo por hacerlo y más allá, viene de la incertidumbre que plantea el futuro, la expectativa es que al menos tu pareja no te soltará de la mano y el camino se andará juntos porque el acuerdo, sobre el valor del compromiso, es compartido; pero esto tampoco sucede siempre y entonces los miedos son más evidentes. Lo cierto es que ese Noviembre me dejó una cicatriz pequeña y perfecta que me anima a ser quien soy.

Hace dos años, en este mismo mes se concretó el final de esa unión, devenido de la traición, como si fuese un recordatorio exacto de un ciclo cerrado, todo en noviembre: ¿lección aprendida?, eso espero.

No quiero que acabe el mes sin decirles todo lo que implica para mi, tal vez falten detalles, pero lo que más valoro es lo aprendido; y sigue sin ser un mes fácil, al parecer siempre me tiene previsto algún aprendizaje, como si quisiera prepararme para ese nuevo periodo que esta por venir y que arranca cuando termina diciembre y aunque muchas veces no estoy lista para la transición al final Noviembre siempre es un mes bueno, de reflexión y auto cuidado; lo cierto es que en Noviembre siempre dejo un pedacito de corazón. 

Este año me tocó estar enferma, sí, de covid-19, diría un amigo, para estar a la moda; pero ya en serio, a pesar de los cuidados, de salir solo para lo necesario y evitar socializar en persona nos tocó en casa; no ha sido de gravedad pero no deja de moverte la vida así que he hecho algunos ajustes mientras el tiempo de espera y cuidados termina y mientras esto ocurre me he dado el tiempo de pensar en lo mucho que intentamos justificar nuestra imprudencia o falta de consideración; me explico, sigo viendo en redes sociales y escuchando como las personas salen de compras, van a comer con amigos, hacen reuniones, y piensan que están dentro de un "círculo seguro", en el que sólo ven a ciertas personas que se "cuidan", pero se les olvida, que esas personas también "solo" ven a ciertas otras personas que en teoría también se "cuidan"y así se generan cadenas en la cuales puedes toparte con personas que tienen la enfermedad, lo trasmiten y no lo saben (y tú tampoco te enteras) ya sea porque son asintomáticos o porque presentan los síntomas después de unos días. 

El problema está en que al relajarnos estamos no solo arriesgándonos a nosotros sino a quienes nos rodean y me recuerda lo egoístas que somos como humanos, pensando solo en lo que necesitamos al momento y el cómo obtenerlo, sin medir las consecuencias y sin darnos cuenta por otro lado, que esa necesidad impulsiva nos habla de alguna carencia interna que necesita atención, y requiere de trabajo personal para crecer y ser mejores cada día. Todo esto, incluido el mes, también me ha hecho reflexionar mucho en cómo es cuando le importas a alguien y aunque dependiendo del tipo de relación puede haber variables, es claro que quien te quiere y/o le interesas simplemente esta, te acompaña y no hay dudas. Pero claro que este punto merece la pena un futuro post... 

Para terminar, como dato curioso de este Noviembre, aunque fue en mayo cuando terminé un proyecto personal, mi maestría en Apreciación y Creación Literaria, fue este mes que se hizo la ceremonia oficial de graduación, sí, Noviembre;  así que tal vez es el destino, quizá el azar, o Dios mismo, pero sin duda es en Noviembre el mes de los recuerdos, las lecciones y oportunidades,  cuando descubrí esta canción en esta versión, que tiene esa mezcla de sensaciones duales, justo como Noviembre es para mí: dulzura, melancolía, certeza e incertidumbre: la vida misma y entonces al final, siempre sonrío, también en Noviembre. 



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